martes, 12 de enero de 2010

Souleymane (pt.1)

En una de mis tantas expediciones al pasado, me encontré con un esclavo "bozal"(*) originario del reino del Congo, cuya tribu había sido aniquilada y hecha mercancía por cazadores de esclavos que traficaban con humanos a cambio de oro y especias. Su cara estaba totalmente desfigurada y, después de conocer su historia, me di cuenta que era la viva imagen de su vida, desfigurada por los golpes de la imbecilidad humana. Tengo la necesidad de reproducir totalmente su historia, pues me recuerda mucho a la historia de millones de personas que hoy día siguen siendo esclavizadas bajo el eufemismo de "trabajador asalariado".

"Me llamo Souleymane, soy hijo de la tribu de los kotas, que fue despoblada por cazadores de la costa de Marfíl y vendida como mercancía a comerciantes Ingleses y Portugueses. Mi desgracia comienza con el amanecer más hermoso; recuerdo que al abrir mis ojos me maravillé hasta el corazón al ver que por fin salía el sol después de muchos días de lluvia. Hoy día  pienso que fue un regalo de la madre tierra, al saber la suerte de los kotas. Las mujeres alimentaban a los hijos y la madre mayor instruía, señalando a dónde iríamos los cazadores a buscar comida ese día. Preparé mis cosas y me dirigí a donde estaban los demás cazadores. En ese momento el horizonte se llenó de sombras humanas, eran aproximadamente 200 personas, todos portando armas y ropa extraña. Nuestros corazones sabían que la desgracia había llegado, pero permanecimos inmóviles, esperando a que se acercaran. Mis manos sudorosas apretaron mis instrumentos de caza, buscando en ellos alguna esperanza. Pero no. Ellos empezaron a matar a las mujeres. Las agarraban de los cabellos y las atravesaban con sus espadas. Nosotros vimos tal acto y, sin más, comenzamos la defensa. Inútil defensa. Corrí empuñando mi arma y sentí una especie de mordida en la pierna derecha. Llevaban perros. El perro me tiró e inmediatamente dos de esos cazadores de hombres me ataron de pies y manos y me pusieron un grillete en el cuello. Mis ojos se llenaron de llanto al sentir la impotencia de la defensa. Sólo veía como capturaban y/o mataban a mis hermanos y hermanas. Otros hermanos se pudieron defender más tiempo pero con inútiles resultados. Fue tan rápido que en menos de media hora ya estábamos caminando por la sabana todos los capturados. Nuestra aldea fue incendiada y nuestra honra destruida. Después, cada uno de los capturados fuimos dispuestos en dos líneas y se nos fueron puestos grilletes tanto en nuestros cuellos como en nuestras manos. Nos llevaron durante tres días a través del territorio, hasta llegar al mar. Uno de mis hermanos más jóvenes mostraba la carne de su tobillo a raíz del rose de los grilletes. El dolor era tan insoportable que gritaba continuamente que, por amor a sus hermanos, lo mataran. Ellos no entendían nuestro lenguaje y nosotros no entendíamos el suyo La fatiga mató a un niño capturado, quién fue degollado y sus manos fueron cortadas para no perder tiempo desatándolo. Lloré inmensidad de lágrimas por él. Al llegar al mar nos metieron en unos pequeños cuartos hechos de piedra y nos dieron de comer. Los cuartos eran tan pequeños que nos sacaban una vez al día para que pudiéramos mover las piernas un rato y para que nos diera el sol, porque tampoco entraba la luz. Así estuvimos dos días, y durante el transcurso de ese tiempo, uno de mis hermanos creó música con su llanto. Esa música era cantada por todos, pidiendo a los dioses explicaciones de tales actos. Pidiendo por los muertos y por nuestro futuro en aquellas circunstancias. 
Pasado ese tiempo llegó la gran casa flotante. El verdadero infierno. Nos formaron en el patio y un comerciante de aspecto raro nos escogió a los más saludables y fuertes. La herida que el perro me había hecho era menor, por lo que también fui escogido. A los más heridos, a los viejos y enfermos los mataron y tiraron sus cuerpos al mar. Nos metieron a la casa flotante a tantos como podíamos caber y nos encerraron en grandes cámaras con poca ventilación. Viajamos por mar durante más de un mes; hacíamos del baño en el mismo lugar donde dormíamos y la comida que nos daban era escaza. Después supe que muchas casas flotantes con hermanos fueron invadidas por enfermedades horribles y que todos ellos fueron "sacrificados" y echados al mar."



Continuará...  


(*) Bozal: esclavo traído directamente de África; al contrario del esclavo ladino, quién previamente estaba aculturado (utilizado regularmente para servir en actividades domésticas).






2 comentarios:

Bolo dijo...

Hey! buena historia, me resultó familiar por la trata de algunas películas. (Y)

Y bueno! si, que estés bien!(:

Adiós!

Vleminchx Sol dijo...

me gusto la historia,mientras la leía, se me venía a la mente lo sucedido aquí en la Argentina por el año 77·,
me da mucha impotencia estas injusticias.
sol